Este estilo
artístico también se halla presente en el
valle a través de dos
edificios de gran porte, que corresponden a una variante nacional conocida como
gótico isabelino o fase Reyes Católicos. Nos referimos, en primer lugar, a la
capilla de
Santa Ana de
Villasana de Mena, edificada por Sancho Ortiz de Matienzo, personaje de gran relevancia que vivió a
caballo entre los siglos XV y XVI. La capilla, concebida como lugar de enterramiento familiar, destaca por su sencillez estructural y en origen, estaba decorada al gusto andaluz con azulejos sevillanos que revestían todos los zócalos y el
altar mayor. El
edificio terminó de construirse en 1498, fecha en la que se trasladaron, a esta capilla los restos de los padres y un hermano de Sancho Ortiz de Matienzo, como así rezaba la lauda sepulcral que cubría el sarcófago que contenía tales restos.