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VILLASANDINO: Hola soy Ignacio Garcia Ortega.Soy natural de Valladolid...

Hola soy Ignacio Garcia Ortega.Soy natural de Valladolid y tengo 1 noticia sobre tu pueblo de la Revista Gráfica , Estampa del 27 de Abril de 1935.
Trata sobre una tradicción de tu pueblo, me pregunto si existe todavía.

La noticia se titula: LA COFRADIA DE LAS CHISTERAS EN UN PUEBLO DE CASTILLA.
(Sus miembros llevan chistera, capa y corbata y se tratan de usted).
La verdadera conmemoración del romanticismo, la más expontánea que pueda dedicarse, la está haciendo, ya hace mucho, una cofradia rural que existe justamente desde que todo aquel aire escenográfico comenzó a alicortarse y a perder todo su perillaje y su suspiro.
Villasandino, tal el pueblo fundó esta cofradía sin el menor intento romántico;
Esa es la verdad y "a pedimiento de todos los hermanos", la hicieron llamar "del mas noble milanés capitán y mártir San Sebastián", lo que en principio la dio aspecto de una cofradía de las que tanto abundan en los pueblos .

Pero al mismo tiempo, acaso influenciados por el aire de mascarada que empujaba a las cosas, dedicaron una de sus «reglas primeras» a la vestimenta que habían de usar en todas sus reuniones y «de por siempre»: chistera, capa y corbata, las tres cosas que eran por entonces colmo de distinción. Con tal fidelidad llevan «los hermanos» el cumplimiento de la ordenanza que, a la hora de ésta, entrar en el pueblo un día de reunión de cofrades, es como asistir a una lejana mañana de fiesta, cuando los lugarones de Castilla eran retiro de magnates y, por lo tanto, tenían quien atravesara sus calles vestidos de la moda del día.
Y asomarse al local de la cofradía, en casa del mayordomo de turno, parece algo así como presenciar un ensayo del «coro de románticos» de Doña Francisquita.
Veintitantas chisteras se elevan a una con gracioso aire antiguo: —¡Buenas las tenga usté! Como más que engalanados están cumpliendo con su ritual, todos permanecen con la chistera encasquetada, aun dentro de la casa. Unos de otros son—cosa de los pueblos—parientes, amigos, por lo menos conocidos de antiguo; pues, a pesar de todo, se tratan de «usted», cumpliendo otro de sus preceptos: el de que «no se tratará tú por tú uno a otro, y si sucediese en contrario, se le reprenderán sus excesos por primera vez». A la otra, pagará en castigo media libra de cera.
Pues estos veinticinco cofrades, que no pueden ser ni uno más, se sientan, hablan y caminan por riguroso orden de entrada en la cofradía; admiten al nuevo, cuando queda una chistera vacante, que a la vez la heredan; se imponen multas de uno a dos reales por faltar a la junta o llegar con retraso; se visitan mutuamente cuando están enfermos; acuden «con vela y saetas—que es el pequeño distintivo manual de la cofradía— a la función religiosa con procesión que hacen al santo titular el día de su fiesta...
Pero, a lo que parece, sus reuniones principales son tres o cuatro anualmente, que las dedican a comer durante todo el día, del desayuno a la cena, cuando no empiezan por la cena de la noche anterior. Mientras dura este «retiro», tienen esta obligación: acordarse de sus familias y mandar a cada esposa «un tortón de anís y un cacho de queso» por comida. Todo esto hay que imaginarse que lo harán sin quitarse la chistera ni la corbata.
•¡Eso no¡—dice uno con mucha risa—. ¡Eso no; que hay quien se quita hasta la chaqueta en cuanti que termina la procesión!
La procesión; ese sí que es el cuadro más grave y peripuesto de cuantos componen.
Salen en dos largas filas silenciosas, muy armados de sus capas y chisteras.
La "tambora", un viejo atabal que toca un tambolirero contratado, les precede y marca ritmo.Por medio va y viene, al galope un caballo blanco, el capitan , así llamado y representado del otro más glorioso , San Sebastias.
Esta exibición caballista está siempre a cargo del cofrade más joven, vestido de viejo uniforme militar y casco con plumas, y teniendo que hacer unos complicados saludos y reverencias con la bandera de la cofradía, al mismo tiempo que galopa, todo ello perfectamente, sopena la correspondiente multa.
Las demás obligaciones son menores:reaz unos padres nuestros en la puerta de lo que llaman "el Hospital " aunque hoy es la casa ayuntamiento;yevar en andas al patrón, por lo que dan un cuartillo de aguardiente a los cuatro cofrades que lo hacen, y mantener, durante todos estos actos, la chistera sobre la cabeza, lo cual tambien es un trabajo y no muy llevadero por mas que nosotros queremos glorificarlo convirtiendolo en ofreda al romanticismo.

-El cofrade más viejo por esa razón de antiguedad va el primero.
-En dos largas filas recorren el pueblo para visitar a "los hermanos enfermos o festejar a su santo patrón".
-A la puerta del hospital o casa ayuntamiento se detiene para hacer el rezo acostumbrado.
-El capitan va y viene recorriendo las filas y saludando con la bandera.

Espero que te interese. Las fotografías no te las he podido enviar.