Este año, tan singular para Villavedeo, se cumplen 100 años de la Inauguración de la Fuente del Pueblo, la bien llamada "Flora", porque "afloraba el agua" recién traída
de un manantial por encima de Fuentevil y debajo de Peñas de Maza. De pequeño escuché contar a varios vecinos, el Sr. Abundio, el Sr. Antonio, el Sr. Saturnino, el
Sr. Claudio, el Tío Juanito y el tío Tomás, cómo trabajaron, "de Sol a Sol", con
medios rudimentarios, para traer el preciado líquido hasta el Centro del Pueblo de Villavedeo. Antes se cogía el agua, con baldes, de la Fuente Vieja, camino del
Pao. Había que bajar unos peldaños de escalera de piedra y tener mucho cuidado
pues te podías caer al pozo profundo que allí había, con el consiguiente peligro.
Esta Efemérides está pasando desapercibida, como tantas otras cosas, sin que nos detengamos un minuto a pensar y reflexionar, que es pensar dos veces, en el favor impagable que hicieron aquellos intrépidos vecinos, habitantes de Villavedeo que,
llenos de generosidad y altruismo desmesurado, se entregaron "codo con codo" a la noble tarea de proporcionar "el líquido elemento", gratuitamente, a todos los vecinos y forasteros que nos honrasen con su presencia en el Pueblo. Jamás les pagaremos tanto esfuerzo como realizaron con inusitada entrega por los demás.
Pero lo que sí podemos es recordarles agradecidos y elevar al Creador de todas las Cosas una Oración sincera y sentida por el eterno descanso y la Felicidad permanente de sus Almas. ¡Un merecido tributo en el Centenario de la Fuente "Flora" que tantas veces, a lo largo de nuestra vida, nos ha saciado la Sed.
de un manantial por encima de Fuentevil y debajo de Peñas de Maza. De pequeño escuché contar a varios vecinos, el Sr. Abundio, el Sr. Antonio, el Sr. Saturnino, el
Sr. Claudio, el Tío Juanito y el tío Tomás, cómo trabajaron, "de Sol a Sol", con
medios rudimentarios, para traer el preciado líquido hasta el Centro del Pueblo de Villavedeo. Antes se cogía el agua, con baldes, de la Fuente Vieja, camino del
Pao. Había que bajar unos peldaños de escalera de piedra y tener mucho cuidado
pues te podías caer al pozo profundo que allí había, con el consiguiente peligro.
Esta Efemérides está pasando desapercibida, como tantas otras cosas, sin que nos detengamos un minuto a pensar y reflexionar, que es pensar dos veces, en el favor impagable que hicieron aquellos intrépidos vecinos, habitantes de Villavedeo que,
llenos de generosidad y altruismo desmesurado, se entregaron "codo con codo" a la noble tarea de proporcionar "el líquido elemento", gratuitamente, a todos los vecinos y forasteros que nos honrasen con su presencia en el Pueblo. Jamás les pagaremos tanto esfuerzo como realizaron con inusitada entrega por los demás.
Pero lo que sí podemos es recordarles agradecidos y elevar al Creador de todas las Cosas una Oración sincera y sentida por el eterno descanso y la Felicidad permanente de sus Almas. ¡Un merecido tributo en el Centenario de la Fuente "Flora" que tantas veces, a lo largo de nuestra vida, nos ha saciado la Sed.