A las afueras del
pueblo y en terreno un poco elevado está situada su
iglesia, dedicada
Santa Eulalia,
virgen y mártir, de estilo indefinido, relativamente moderna, con techo de yeso raso. Su
ábside es rectangular. Tiene una
portada de
arco de medio punto, alta, bajo
pórtico de tres arcadas de
piedra con restos de ajedrezados en las impostas y pináculos. La
torre es rectangular, añadida a una
espadaña chata, con tres huecos, dos
campanas y un campanillo.
* La
pila es
románica, de copa lisa y pie cónico con dientes de
sierra en relieve y base poligonal; y el
retablo mayor es barroco, salomónico, sin dorar.
* Sus libros parroquiales dan comienzo en el año 1695.
El principal
monumento de
Villela es "El
Potro", lugar donde se colocaba a las
vacas y bueyes para colocarles las herraduras. Es algo digno de verse ya que se utilizaba antaño y en pocos
pueblos se conserva. Esta situado en la
plaza del pueblo junto a la
carretera. El herrero se llama Felix.
Para visitar las
ruinas del antiguo
convento de Villela hay que partir desde la plaza del Potro y subir hasta la iglesia, situada a mitad de
camino. Desde allí se sigue ascendiendo hasta llegar al
cementerio. Todo el camino está asfaltado, la pendiente es suave y se disfrutan hermosas vistas.
La iglesia es un
edificio nuevo, de la primera mitad del siglo XX, hecho en buena parte con la sillería traída de las ruinas del convento. Si se tiene la oportunidad de entrar en la iglesia, se puede ver una pila
bautismal medieval sin catalogar, monolítica, de copa redonda. El fuste y la basa son octogonales, ésta última está apenas insinuada por una fina cenefa lisa. La decoración de la pila se ciñe al fuste, en donde se representa la concha marina del bautismo. En el
altar se encuentra una talla en madera de Santa Eulalia de Mérida, la patrona de Villela, que fue traíada de las ruidas del convento y que data de la fundación de éste. A su lado hay un misterioso y antiguo
Cristo negro.