Un tiempo de silencio, si. Demasiado tal vez. Pero ni un solo minuto de olvido. Llevo esa tierra, ese lugar de El
Santo que destaca en la imagen,
San Quirce entero, tatuado en mi alma a fuego. Imborrable, como siempre fue y seguirá siendo hasta el final.
Se nos acaba un año y aprovecho la ocasión para desear paz, prosperidad, bienestar y salud para el nuevo que se inicia mañana: 2.018. Con un saludo para todas las gentes de San Quirce, nativas y oriundas. Para los que siguen en el
pueblo y para
... (ver texto completo)