No hay que olvidar que todas las casas tienen su propietario y su deber será conservarla o tirarla. Y si el dueño no toma las medidas adecuadas para eso está la alcaldesa (en este momento), que a alguno ya le llamó al orden para que la tirara, pero curiosamente a nadie más (ni a los que viven en Villela, que están bien cerca). Algún día habrá algún percance serio y entonces nos llevaremos las manos a la cabeza.