Soy Othón Orlando Villela Larralde, mexicano, escritor, periodista, historiador y poeta. Los Villela tienen residencia en México desde el siglo XVI: Pedro Villela fue alcalde de Guadalajara allá por 1650; se sabe que llegó de Perú. Hubo en 1700 un Obispo en San Luis Potosí y todavía existe la Hacienda de Villela en esa entidad. Los Villela se registran desde mediados del siglo antepasado, el XIX, en la ciudad de México donde destacaron como Notarios: José Villela hizo el juicio de intestado de Benito Juárez, el mexicano grandioso constructor de la nacionalidad y defensor de nuestra libertad, "Benemérito de América", y vencedor de Napoleón III cuando Francia nos invadió en 1862-1867. Otros Villela fueron heroicos guerrilleros en el norte y pacífico mexicanos en esa misma guerra extranjera y algunos más se asentaron en los Estados de Michoacán y Guerrero, donde destacan como Maestros e Intelectuales.
El más célebre de ellos es, sin duda, el Profesor Othón Villela Buenrostro, Padre mío, Benefactor e Hijo Ilustre de esa Tierra, reconocido por su labor como Maestro, Educador y defensor de los valores culturales y sociales de esa región de México.
Me gustaría hacer llegar a esa población, a la que amamos sin conocerla físicamente, algunos de los libros que hemos escrito, mientras puedo llegar a caminar por sus calles. Reciban el saludo de los Villela mexicanos y un fragmento de un poema publicado en mi reciente Antología Poética:
Un día afirmó mi padre: ser Villela
es más que un noble y cálido apellido,
es la clara emoción de alma que vuela
por encima del odio y del olvido.
Ser Villela, familia, es más que un canto.
Es pasión de caminos, de ardentía,
de reto luminoso en el quebranto,
es valor recio y limpio... y es poesía...!
Saludos, especialmente a las bellas mujeres de Villela.
El más célebre de ellos es, sin duda, el Profesor Othón Villela Buenrostro, Padre mío, Benefactor e Hijo Ilustre de esa Tierra, reconocido por su labor como Maestro, Educador y defensor de los valores culturales y sociales de esa región de México.
Me gustaría hacer llegar a esa población, a la que amamos sin conocerla físicamente, algunos de los libros que hemos escrito, mientras puedo llegar a caminar por sus calles. Reciban el saludo de los Villela mexicanos y un fragmento de un poema publicado en mi reciente Antología Poética:
Un día afirmó mi padre: ser Villela
es más que un noble y cálido apellido,
es la clara emoción de alma que vuela
por encima del odio y del olvido.
Ser Villela, familia, es más que un canto.
Es pasión de caminos, de ardentía,
de reto luminoso en el quebranto,
es valor recio y limpio... y es poesía...!
Saludos, especialmente a las bellas mujeres de Villela.