El tojo de lavar era un lugar manso y algo más profundo del
río preparado para lavar la ropa. Hasta el año 1971, que es cuando se metió
agua corriente en las
casas, las mujeres solían bajar al río a lavar la ropa de la
familia, principalmente cuando hacía buen tiempo, tendiéndola después a secar sobre la hierba y cesped que crecía por la "carrera"; cargadas con el
lavadero de madera y con los cubos llenos de rapa, hacían el
camino verde, llamado también de "la carrera" que llevaba al lavadero del río.
El tojo, este lugar algo más amplio del río, preparado para lavar, era a la vez un lugar de encuentro para hablar mientra lavaban. Recuerdo que lo aprovechábamos para
pescar peces con aquellas cañas rudimentarias que nosotros mismos hacíamos; lo usábamos como
piscina natural donde de niños nos bañábamos "coritos". En la
matanza del
cerdo se solían limpiar aquí las tripas para hacer con ellas las morcillas.