Narra la
historia de un milagro ocurrido a un niño atropellado por el
carro, saliendo ileso del atropello por mediación del
Santo Cristo de
las Eras.
Junto al cuadro, con fecha de 1794, cuelgan dos magníficas trenzas, que alguien dedicó al Santo Cristo de la Eras en
señal y recuerdo de un beneficio recibido.