Solamente es necesario un poco de fantasía para reavivar sentimientos como: sentir el frescor del nuevo día, oir el canto del gallo, el balar de las ovejar, el gruñir de las crías de
cerdos, el canto de los gorriones, el maullar de los gatos, el ladrar de los perros, el "cascar el ajo" de la
cigüeña, el canto de los grillos, el mugir de las
vacas, el relinchar del
caballo, el rebuznar del burro, el cacareo de las gallinas, el piar de los pollitos. Así como el toque de
campanas, el lloro de un niño, la voz de un conocido, los pasos de familiares, la bocina del
coche del pescatero y la del panadero. El olor a cierzo, a
campo mojado y a animales. Un
cielo estrellado, el resplandor de la luna llena, el sonido del
agua de la
fuente, la escucha del silencio. El recuerdo agradecido de los seres más queridos; el sentirte acogido, reconocido y amado.