Hola Virues, Hola Molino Hola represa que no estás, pero estás en alguna mente en lejanas tierras, te acuerdas cuando de niños caminabamos por tu cota descalzos y con musgo resbaladizo, cada tanto nos caíamos y los demás se reían del caído; tambien de las crecidas que pabura cuando de tanta agua parecía todo nivelado y que tú presa abías desaparecido, lo peor que más de una vez el miedo se transformó en realidad y aquel hombre de fierro empezaba de nuevo a reconstruirte cuando bajaba el nivel, que trabajo exausto todos eran irrompibles y al cabo de un mes tu represa lucías mejor que antes y con el agua que juntabas a moler de nuevo en las tres piedras y a producir electricidad, que teson y cuanto amor a la tierra que los parió, casi me olvido Tomás era su nombre y cantabas todo el día.