por Pedro Lozano
Huerta
Su
monumento principal es la
iglesia parroquial de
San Martín de Tours, situada en uno de los extremos del
caserío, junto a la
carretera de acceso, cuya soberbia estampa aparece ante el viajero cuando llega desde
Barbadillo del Pez. Lo primero que apreciamos son sus armoniosas formas arquitectónicas, mayoritariamente románicas, y el
color cárdeno oscuro de su sillería de
piedra arenisca.
Este
edificio es
fruto de varias etapas constructivas
medievales y remodelaciones modernas, de las que nos ocuparemos en los siguientes apartados.
La primitiva iglesia de San Martín de Tours debió ser construida en época condal (siglos IX-X) aunque, más adelante, a finales del XI o comienzos del XII, se reemplazaría la cabecera prerrománica por otra
románica de la llamada
Escuela de La
Sierra. Unas décadas más tarde (segunda mitad del siglo XII, todavía en época románica), se añadiría la galería porticada y el
campanario, relacionados con otra escuela: la Silense.
En época moderna, volvió a sufrir algunas remodelaciones. La más relevante data del siglo XVIII, momento en que se desmontó y reconstruyó la citada galería porticad
Como se ha indicado, algunas excavaciones arqueológicas parecen confirmar que el cuerpo principal de la nave actual -construido con mampostería- no es otros que el de un templo muy primitivo, de época altomedieval y estilo prerrománico. La
puerta original estaría en el hastial occidental, pero se perdió cuando se construyó el campanario
románico.
La cornisa con los
canecillos son un añadido de época románica. Aunque se viene diciendo que son de la primera reforma (comienzos del siglo XII) es bastante obvio que no tienen nada que ver con los de la cabecera y son, con bastante seguridad, relacionables a los de la galería porticada y, por tanto, fechables en la segunda mitad del XII (Escuela Silense). Citaremos entre ellos una cabeza monstruosa, un monje, un curioso espinario, un arquero, una cabeza de bóvido, un
dragón, etc.
A principios del siglo XII se sustituyó el
ábside prerrománico -seguramente de planta cuadrada- por un magnífico ábside del románico pleno, con planta semicircular, dos
columnas entregas, imposta y
ventanal central.
Los canecillos y
capiteles de esta parte del templo de San Martín de Tours de
Vizcaínos de la Sierra son distintos, como ya hemos hecho notar, de los de la nave. Su labra es menos naturalista, más primitiva pero muy expresiva, como es propio de la Escuela de la Sierra.
El repertorio iconográfico es variado, donde abundan cabezas humanas y de animales. De toda la colección escultórica destacamos un hombre y una mujer que muestran sus respectivos sexos y un
capitel con una persona sujetando dos leones por los cuellos mediante sendas cuerdas.
Estaríamos ante una vetusta iconografía llegada a la Europa
medieval desde Mesopotamia.
También en el siglo XII se construyó una nueva
portada en el muro sur, con arquivoltas baquetonadas sobre dos pares de jambas, con aves, arpías y parejas de leones y águilas apresando animales.
Para Félix Palomero, salvo los apoyos y la
escultura monumental, la estructura de esta puerta sería muy reconstruida en el siglo XVIII.
En la segunda mitad del siglo XII, se construyó una galería porticada similar a otras de la zona como la de
Jaramillo de la Fuente, Pineda de la Sierra o
Canales de la Sierra. Por tanto, se articularía mediante
arcos de medio punto sobre capiteles dobles y columnas geminadas. Este
pórtico fue desmontado en el siglo XVIII y se aprovechó parte del material, como los capiteles. La estructura se macizó bastante pues se reconstruyó mediante grandes pilares con columnas adosadas a los laterales.
Los citados capiteles ofrecen un panorama familiar en el bestiario románico: parejas de grifos, leones, arpías y
dragones.
También es una estructura de finales del S. XII, y como en el caso de la galería, habría que hablar de un taller relacionado con
Santo Domingo de Silos. Este campanario se adosó a la nave prerrománica en su lado occidental, para lo que hubo de alargar dicha nave en un tramo, y se comunica con ella mediante un gran
arco apuntado.
Este campanario, en alzado, tiene tres cuerpos: el primero es el de elevación y sustentación del resto de su estructura y está cubierto por una perfecta
bóveda de medio cañón en sentido norte-sur. El segundo es un cuerpo abierto e los cuatro costados por sendos ajimeces con mainel central. El tercero y último también tiene troneras ajimezadas, con la particularidad de que dichos ajimeces están envueltos por un arco de medio punto sobre dos columnas exteriores.
Los capiteles muestran cestas vegetales rematadas en pomas, aunque también los hay con hojas similares a los helechos, cabezas humanas y animales como cuadrúpedos, arpías, águilas. Por su parte, los canecillos son todos de proa de
barco
Lo más destacable es la cabecera con su bóveda de medio cañón (presbiterio) y de
horno (ábside). El arco triunfal y el ventanal absidal muestran escenas figuradas y zoomorfas con la estética de la Escuela de la Sierra, más expresiva pero menos fina que la Silense que vimos en la galería, portada y campanario.
También hemos de fijarnos en la
pila bautismal que encontraremos a los pies del templo. Es un ejemplar románico de gran belleza. Su copa se decora con gallones y una cenefa superior con
flores de aro.