Este sorprendente
ventanal románico, con dos
arcos de medio punto, que se apoya en un parteluz de cuatro fustes torsos, si bien sólo se ven tres. Estamos ante la polisemia del siete, el número perfeto para los pitagóricos, sagrado para los hebreos y simbólico para los cristianos; como se ve en en los días de la semana, en el
arco iris, en la notas de la escala, en los brazos del candelabro, en los dones del espíritu
santo, en los sacramentos, en las virtudes, en los pecados capitales, en las
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