ALMAGARINOS: EL CASTAñO VIEJO DE LA PERALINA (III) Llegó Pedro...

EL CASTAñO VIEJO DE LA PERALINA (III)

Llegó Pedro a la Peralina, encontró el castaño hueco, por aquel entonces, solo cabía en él una persona, y se metió dentro; pensó decir las palabras mágicas, << chis-garvis-chis-chis que nunca salgas de ahí>> pero como era muy prudente decidió esperar al mago.

El viejo adivino se le presentó esta vez a Pedro en sueños...
“Recuerda: tú a tus hijos, estos a los suyos….. 18 años ….. 25 segundos…. Chis-garvis-chis-chis …. Agosto de noche…. La luna…. No más de cuatro ….La pepita de carbón dorada…. Gente en el pueblo….. El secreto bien guardado… y se salvará”.

El mago nunca más se le apareció; enseño su secreto a sus hijos y estos a los suyos siempre en su dieciocho aniversario.

Pero por hache o por be la tradición se rompió y no se retomó hasta mediados de los sesenta, creo, no lo se a ciencia cierta; un día de verano de ese año, no lo recuerdo con precisión, estando jugando en la Peralina, se nos presentó un señor, las grandes barbas blancas, ojos claros y ciego, creo recordar, saliendo del castaño viejo, nos dijo a un grupo de muchachos que jugábamos por allí:
“… niños, sentaros junto a mí; os contaré algo muy importante… os interesará mucho por el bien de vuestro pueblo”
Era un desconocido pero no nos asustó, al contrario, el anciano, no se como, nos había seducido con su voz y con su ropa tan blanca y limpia; no lo recuerdo muy bien, igual es cosa de mi imaginación pero yo diría que emitía luz o por lo menos su larga túnica blanca reflejaba los rayos del sol, algo increíble, recordad que estábamos a la sombra de los castaños; si no hubiera estado allí no me lo creería.

Se sentaron a su alrededor, yo trepé al castaño hueco.
El anciano prosiguió:
“hace muchos años revelé un secreto muy importante a un antepasado vuestro, pero sus hijos no lo supieron transmitir de generación en generación ya que no tuvieron necesidad, pero cuando vosotros seáis mayores, dentro de cincuenta años…”

… No se que me pasó, caí del castaño y a partir de ahí mis recuerdos ya no son fruto de lo que nos dijo el mago sino de los que me contaron mis amigos de juego. Y esto último es un gran secreto que como os he dicho antes, no podré contaros hasta que cumpla los 60 años. Así es que… chicas: Colorín colorado este cuento se ha ….

No me dio tiempo a dar por terminado el cuento; el jaleo que se montó en un momento, las tres a la vez me agredieron físicamente: golpes de cojín, tirones de nariz de orejas y de pelo todo a la vez… nada que se me subieron a la chepa. No me quedó más remedio, me rendí y sin pensar en las consecuencias, decidí llevarlas a la Peralina.

De lo que paso esa noche, ya os contaré en la próxima, ale, a dormir.

Jose Manuel el de la era.