ARBAS DEL PUERTO

Habitantes: 19  Altitud: 1.360 m. 
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Situación:

Está situada a 1.360 metros de altitud, en la vertiente sur del Puerto de Pajares, al pie de la carretera N-630, a un kilómetro del Alto de Pajares y a doce de Villamanín.

Ayuntamiento:

Villamanin.

Monumentos:

REAL COLEGIATA DE SANTA MARÍA DE ARBAS.
Todo el edificio es de arenisca gris oscura, muy fina y cortada en sillares pequeños con marcas lapidarias sencillas.
La planta es de tres naves, e igual número de tramos a lo largo, todos rectangulares, con cuatro pilares compuestos de basamentos redondos sobre los que montan núcleos cuadrados.
Los arcos medianeros de las naves son de medio punto y dobles, y los transversales de las naves menores, son apuntados, con clave y sencillos.
Se cubren las naves laterales con bóvedas de aristas, capialzadas, hechas con lajas de piedra ordinaria y sin desbastar. La nave central ostenta en la actualidad tres bóvedas de crucería de tipo estrellado, de un tercelete por plemento y ligaduras hasta los arcos formeros. Fueron construidas en pleno siglo XVIII, como consta en la arandela de la bóveda, en la que se lee:
HÍZOSE EL AÑO DE 1715 ABAD FUENTES

Fiestas:

El 8 de septiembre: Rememorando la costumbre ancestral, se honra a la Virgen de Arbas, con Misa solemne, rogativa y procesión, la oferta tradicional a la Colegiata por el pueblo de Cubillas de Arbas, y la entrega de vino y pan (bollu preñau) a los visitantes.

Historia:

Su nombre proviene de su situación en el puerto de los «Montes Erbaseos» o "Arbisse", como los menciona el Abad de la Colegiata en un documento del siglo XIII. Pero se ignora de modo concreto la fecha exacta de la erección de la Colegiata. Don Ramón Menéndez Pidal afirma que se fundó en 1075. El profesor Uría Riu sostiene que debió fundarse entre los años de 1096 y 1103.

En principio se fundó la Hospedería y la Colegiata de Santa María de Arbas, que había de servir de refugio a los caminantes y peregrinos que, desde el Camino de Santiago, se desviaban a Oviedo para visitar la Cámara Santa.

En época prerromana, estos términos pertenecieron a la tribu astur de los selmos, o selmores, cuya capital se llamó Nardinium. Pero en tiempos de Nerva, legado de Roma, se cambió el nombre a la zona. En honor de Nerva la zona recibió el nombre de Montes Nervasios, denominación que fue cambiando a Erbasos, Ervaseos y... finalmente Arbas.

Para el emplazamiento del santuario se eligió una pequeña explanada a la orilla izquierda del río Bernesga, junto a un copioso manantial.

Fundado Arbas, monasterio y hospital, pronto fue objeto de la piadosa atención de los monarcas, de los nobles e incluso del pueblo llano. De tal forma que, durante el siglo XII y primera mitad del XIII, Santa María de Arbas consigue un extenso patrimonio territorial y una amplia gama de privilegios, derechos y jurisdicciones. Así, en 1118, recibe el hospital una viña en Mansilla.

El 26 de mayo de 1123, pasa por Arbas el príncipe Alfonso Raimúndez, hijo de la reina doña Urraca, y hace donación al abad y al hospital la villa de Villar y otras heredades.
En 1153, el abad de Arbas, otorga carta puebla, concediendo exenciones y privilegios a cuantas personas quisieran establecerse allí. A partir de aquí el lugar pasó a llamarse población.

El monasterio de Arbas llegó formar un importante señorío eclesiástico. Tuvo jurisdicción, además de en el propio pueblo de Arbas, sobre otros tanto de Asturias como de León: Casares, Cubillas, Pendilla, Tonín, San Miguel del Río, Vega la Mosa y Viadangos.
Su dominio se prolongó hasta la cuarta desamortización de Madoz en 1866. En ese momento la Colegiata fue abandonada y los canónigos desaparecieron.
Tal vez, una de las causas principales que marcan la decadencia de Arbas es la mala administración de los canónigos, comenzando por los propios abades, que se ausentaban de ella con demasiada frecuencia. Los canónigos, carentes de dirección, no supieron velar por sus derechos y propiedades. En ocasiones desconocían muchas de ellas o ignoraban sus límites.