Sobre la fiesta de Arbas.
Nos acompañó el buen tiempo. Como cada año, creo que todos (o casi todos) estábamos allí. Faltan los que ya no volverán a estar, pero que llevamos con nosotros.
La misa comenzó antes de tiempo (me comentaron). Yo no no pude llegar a tiempo, pero me dijeron que había sido "muy emotiva". Y luego de la procesión, lo de siempre: el reparto del "bollu" y el vino...
Echo de menos las fiestas de Arbas de hace... Bastantes años (no recuerdo, quizás ya quince o veinte). Aquellas fiestas que duraban, si mal no recuerdo, tres días. Se terminaba la misa, se terminaba la procesión y el reparto de la vianda antes citada, pero la gente se quedaba.
Había bailes regionales. ¡Recuerdo hasta a los Maragatos! Había puestos donde las gitanas vendían alfarería, golosinas, pequeñas chucherías que llevarse de recuerdo. Recuerdo el improvisado bar en el aparcamiento del Mesón Quico y el cordero a la estaca que se asaba en el jardín, patio, llámese como se quiera, de la Colegiata o de la casa del cura...
Parece que Arbas se va resumiendo a recuerdos; es como si se fuera a esfumar con el paso de las horas. Ya no va quedando nada, incluso de sus tradiciones, ni nadie.
Creo que hay que hacer algo por devolverle la vida...
Un saludo.
Nos acompañó el buen tiempo. Como cada año, creo que todos (o casi todos) estábamos allí. Faltan los que ya no volverán a estar, pero que llevamos con nosotros.
La misa comenzó antes de tiempo (me comentaron). Yo no no pude llegar a tiempo, pero me dijeron que había sido "muy emotiva". Y luego de la procesión, lo de siempre: el reparto del "bollu" y el vino...
Echo de menos las fiestas de Arbas de hace... Bastantes años (no recuerdo, quizás ya quince o veinte). Aquellas fiestas que duraban, si mal no recuerdo, tres días. Se terminaba la misa, se terminaba la procesión y el reparto de la vianda antes citada, pero la gente se quedaba.
Había bailes regionales. ¡Recuerdo hasta a los Maragatos! Había puestos donde las gitanas vendían alfarería, golosinas, pequeñas chucherías que llevarse de recuerdo. Recuerdo el improvisado bar en el aparcamiento del Mesón Quico y el cordero a la estaca que se asaba en el jardín, patio, llámese como se quiera, de la Colegiata o de la casa del cura...
Parece que Arbas se va resumiendo a recuerdos; es como si se fuera a esfumar con el paso de las horas. Ya no va quedando nada, incluso de sus tradiciones, ni nadie.
Creo que hay que hacer algo por devolverle la vida...
Un saludo.