¡Hola, paisanos!
Con permiso del autor y agradeciéndole el otorgamiento del mismo cuelgo esta
foto que, una vez confirmada con mis contactos del
pueblo, que participaron en la subida que refleja por la
calle la
Iglesia, la lectura que hacía de ella, resumo: se constata la presencia de la "
cruz de guía", de los "
estandartes" de tres imágenes, de la "custodia bajo palio" y acompañamiento de músicos y grupo de gente; se echa de menos la presencia del "
pendón", parece ser que hace ya algunos años que no participa en este evento, e incluso la "pendoneta", también ausente por dos años consecutivos; asimismo faltan las imágenes, que por
tradición siempre acompañaron a la custodia, y los niños de Primera
Comunión, aunque este tema es totalmente justificable si no los hay, desde hace otros dos años.
Parece ser que, según la opinión de algunos, las imágenes y demás coreografía externa debe obviarse, a fin de centrar solamente la atención en lo único importante de esta celebración que es la "custodia" y preferentemente lo que en ella se aloja. Puede ser que esto sea así a nivel estrictamente religioso, pero nuestra tradición popular marcó siempre otros cánones, en absoluto reñidos con el fervor, respeto y veneración que se debe al "Santísimo", al cual por
costumbre ancestral (desde siempre) acompañaban precisamente para honrarle y no para competir con Él y menguar su prestancia o distraer a la feligresía en el recorrido por las
calles del pueblo.
Este tema competitivo es de porte netamente humano (la custodia, las imágenes, el pendón... no compiten entre sí, no restan, sino que se ensalzan recíprocamente al ir juntas) y, por lo mismo, podemos considerar que somos nosotros -sálvese el que pueda- los que en nuestra condición egoísta y para complacencia de intereses o gustos personales, hacemos trascender nuestras formas a los diferentes elementos procesionales y al modo de tratarlos. Pues, aún así, el hacerlo no es negativo -para gustos se hicieron
colores- y además (tanto el Corazón de Jesús, como el pendón, etc.) ninguno se va a quejar por no tomar el sol un rato; lo negativo es cuando, a nivel humano, hacemos que impere nuestro criterio, precisamente por ser el nuestro y no porque sea el que más o mejor convenga a los demás componentes del paisanaje del pueblo. Por poner un ejemplo en lo que a la gente del pueblo hace: ¿es mejor que yo haga lo que quiero, pues para eso soy quien tiene ahora la vara, o que promueva la puesta en marcha de condiciones que concurran en dar satisfacción a necesidades de los demás, aunque yo no lo quiera? ¿es más útil que yo haga algo distinto -o lo mismo pero mejorándolo- de lo realizado o en realización por los demás?
Pido disculpas, si la cuestión planteada os resulta insulsa, pero la única forma que encuentro para colaborar es diagnosticar la enfermedad (celebraciones olvidadas, imágenes recluidas,
pendones tumbados, ¡qué ironía, hay dos!,...) para poder tratarla convenientemente y erradicarla por quien corresponda en cada caso y si se quiere.
Un cordial saludo.
Un paisano de Sabino Ordás
P. D. El incendio de
las Eras Nuevas no es tal, al menos en tal sitio; parece ser que obedece a que alguien tuvo la
feliz idea de intentar quemar los elementos de basuras, preferentemente cubiertas de ruedas, arrojadas a la orilla del
puente viejo del Prau y obviamente trascendió al pasto seco del entorno. ¿Y la vigilancia de estos desmanes de convertir el Prau en escombrera-basurero a quién corresponde?