En un momento de deliro comparé un lugar de
Ardón con estas
flores y, aunque no me fue posible conseguir la equiparación -exhibir tanta lozanía, prestancia y belleza como muestran estas rosas sevillanas, aunque sea mentalmente, le viene largo a la mente humana, al menos a la mía- sí conseguí hacer a tal fin algunas reflexiones que resumo en el pequeño trabajo que inserto a continuación:
Junto al
río
¿Qué piensas tú junto al soto,
junto al río que inunda "tu" soto?
Aquellos chopos del plantío,
con su prado reverdecido;
aquel ensoñar otro estío,
pronto al solaz del gentío;
aquel olvidar "tuyo" y "mío",
¡qué
feliz despertar, tardío!
Desvelos son por qué desvivo
o retos de un gran desvarío.
Los chopos, la
Ermita, el estío,
el destierro de "el tuyo", de "el mío"...
soplos son que impulsan navío.
¿Qué piensas tú junto al soto,
junto al río que inunda "el" soto?
Al hacer la lectura completa de mi aportación, no os olvidéis de que la rama de rosas también tiene espinas que hay que aceptar.
En la confianza de que algún día mi delirio sea una realidad -lo que un hombre sueña otro lo realiza- remito un cordial saludo para todos.
Un paisano de Sabino Ordás.