Miro y remiro esta
fotografía y, cuanto más la miro, más me admiro: se anuncia con una
señal, maltrecha por el desaprensivo de turno (no sabemos con qué fin), una zona de
playa que no se ve; la cubren las malas hierbas, bien porque la
naturaleza, que no entiende de
señales, lo invade todo con su fuerza, bien porque el jardinero itinerante se olvidó de esta parcela.
Hecha la oportuna reflexión sobre estas realidades, no se me ocurre mas que una disyuntiva, como respuesta: o se quita la señal indicativa, o se limpia la zona, tanto para que haya concordancia entre ambas, como para que los visitantes de la zona no se sientan decepcionados al verla.
Mi opinión, que no se si servirá para algo y que puede deducirse fácilmente desde el momento que exhibo la estampa, se inclina más por arreglar la señal y actuar en consecuencia en todo ese espacio, que por suprimirla.
Ruego disculpéis mi discurso, que puede resultar imprudente, pero que -en modo alguno- pretende trasladar responsabilidades a nadie, ya que, si así fuera, a nivel personal también tendría que asumir algunas: he callado hasta hoy y ya conocéis el refrán (el que calla...). No, no va por ahí mi comunicado, sino que pretende ser una sugerencia sobre algo que se puede hacer, creo que con muy poco coste, en beneficio de la imagen acogedora que se pretende que dé el
pueblo.
Un cordial saludo paras todos.
Un paisano de Sabino Ordás.