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Nogal en la Sierna, ARDON

¡Hola, a todos!
De su gran porte, hoy reducido, hablan las ramas secas que sobresalen; muchos años lo vi colmado de frutos, fue muy generoso. Ahora, en su abandono, languidece y espera el alivio de un hortelano que cuide de él, pero..., los campos, los senderos, los viejos y los sueños... son, hoy por hoy, abandonados.
Para mí es el fiel reflejo de lo que está ocurriendo con el pueblo, como si fuera un símbolo del mismo. Le dedico la siguiente composición:

El símbolo

De su porte, hoy poco airoso,
nos hablan sus atalayas,
esbeltas, secas, muy largas:
siempre fue muy ostentoso.
Mas precisa ¡ay! la caricia
de una mano generosa,
aunque fuere codiciosa,
que le trate con pericia.

Solo, sueño en soledad...
campos, productos, labores...,
mas no ensueño emprendedores;
vuelvo raudo a la verdad:
los campos son adilados,
borrados son los senderos,
las promociones, los sueños...
sencillamente... ¡ignorados!

Espero vuestros comentarios.
Un cordial saludo para todos.
Un paisano de Sabino Ordás.
(24 de Agosto de 2015)
¡Hola, a todos!
La contemplación de esta estampa me indujo a hacer la siguiente semblanza sobre "el devenir" de nuestro, en mi caso añorado, pueblo.
Alicuando recorro el pueblo de arriba abajo, al igual que lo hace el Reguero que viene de la Toñada y pasa a su lado lamiéndolo hasta que llega a la Ermita, la cual cruza para perderse en el Esla.
Como fiel y perpetuo testigo del devenir del lugar, el cual crece en una breve depresión del terreno a modo de mortera, quizá propiciada por aquel al horadar...