En esta ocasión he querido testimoniar mi cariño, mi recuerdo y mi respeto, a todos los que en su día fueron en nuestro pueblo y hoy duermen el sueño eterno, con un ramo de una planta que se da espontáneamente en nuestros campos, los mismos que ellos recorrieron y disfrutaron, cuyas características son de todos conocidas.
Un paisano de Sabino Ordás.