¡Hola, a todos!
En un punto del suelo que se refleja en la
fotografía impactó en su día "Meteorito
Ardón" allá por los años treinta del siglo pasado. De aquel entonces son las
casas que se ven, aunque el aspecto de la
fachada de una de ellas, en concreto la de las
puertas grandes en la cual vivieron Prudenciana
Caño Sutil y su hermano
Santos, era distinto ya que la pared, ahora de
color tierra, tenía una cobertura de argamasa granulada de color cemento con encuadres blancos, en lo que a
puerta y
ventana se refiere, como puede apreciarse en esta última que aún conserva la muestra.
La
calle entonces era terriza y un tanto irregular, pues además de la inclinación lineal tenía otra lateral hacia el centro mucho más pronunciada, amén de estar resaltada dicha inclinación lateral por unos maderos apilados, unos sobre otros, al lado de la pared.
Con ocasión de la noticia que dio a conocer el impacto meteorítico reseñado, me sentí motivado y surgió la muestra que hoy os traslado.
Meteorito "Ardón"
¡Dos rosas en el
jardín!
Una es un negro pedrusco
que, venido del sinfín,
atruena el reino a su gusto;
tornando el rostro a carmín,
la otra... tiembla del susto.
Cruzáronse las dos rosas
en un efímero instante;
ambas se vieron hermosas,
hubo efecto fulminante:
-"Se prometieron esposas
para siempre en adelante."
Arrullándose en silencio
muchos años han pasado;
atisbado gran
comercio
por un mirón avispado,
actuando como el tercio,
el idilio ha destapado.
Hacen las rosas función,
no ha lugar a la codicia:
a la ciencia dan razón
para alejar estulticia.
Tía Rosa y
piedra "Ardón"...
¡Causa son hoy de delicia!
Con un especial y respetuoso recuerdo para quien presenció el impacto, la tía Rosa, en aquel momento una niña y hoy difunta.
Un cordial saludo para todos.
Un paisano de Sabino Ordás