La hacendera, facendera o simplemente "cendera", como se dice en
Ardón, es una práctica ancestral de realización de trabajos comunitarios, a través de los cuales los vecinos de un lugar (los de verdad, no los que sólo presumen de serlo) contribuyen al mantenimiento o mejora de infraestructuras propias del común y de utilidad pública, motivo por el que debe acudir todo el vecindario.
A pesar de que la maquinaria de obras públicas que a veces prestan las diputaciones puede suplir esta prestación comunitaria (no siempre llega y en ocasiones lo hacen muy mal) son muchos los
pueblos que la conservan a fin de propiciar la oportunidad de que los vecinos se encuentren, cuiden lo común y se sientan comunidad, amén de ahorrar algún dinerillo a las Juntas Vecinales. En este sentido, en algunos sitios fue llamada "
Fiesta de la colaboración", pues en el encuentro y la participación de los vecinos, que dejaban de lado con ello sus diferencias para cuidar lo que era de todos, residía la clave de su supervivencia.
La noticia de la celebración de cendera el pasado día 28 de diciembre en nuestro
pueblo me motivó y surgió lo siguiente:
Hacendera
Hay hacendera en el pueblo
-pala, pico y azadón-
y acudieron los vecinos
a llamada de pregón,
con la escarcha aún sobre el suelo,
para hacer la plantación.
Pinos,
cipreses, moreras...
darán
sombra en la ribera
en la próxima
estación,
resolviendo la quimera,
cada
árbol, del padrino
que con mimo lo plantó.
Para deleite de todos
-sin descartar al mirón-
volverán a concurrir,
a llamada de pregón,
y a trabajar de hacendera
con empeño e ilusión,
en respuesta pertinente,
ya toque limpiar la
fuente,
cuidar
parques y
jardines
o reparar el pontón:
¡Oh, cuan digna condición!
Un cordial saludo para todos.
Un paisano de Sabino Ordás