Estos restos de la
casa que se cayó, junto a una
esquina típica de otra casa vieja con
tejados y
chimenea, me sugirieron el siguiente trabajillo:
Acabamiento.
Casa caída: destrozos.
Solar abierto: despojos.
Mirada triste: un sollozo.
Recuerdo en
foto: un antojo.
Al proyectarse la luz,
todo se vuelve
color,
rojos, marrones, azul...
resurge nuevo fervor.
Se oyen gritos por doquier,
por este devenir a menos,
que nos resume un ujier:
-" ¡Ya no hay fuerzas, señor!"
-" ¿Que no hay vigor en
Ardón?...
¡Fuenteovejuna, simplón!"
Un paisano de Sabino Ordás.