A Marcelino.
Erial humilde,
triste despojo,
otrora fuiste
jardín hermoso.
Faltan las tapias,
ya no hay bardillos;
adiós a los
nidos
de mil pardillos.
Chamizo humilde,
hermoso pollino;
este es el gran quite
de Marcelino.
Un saludo vecino,
Un paisano de Sabino Ordás.