Al
puente y al reguero
Puente viejo de
piedra abultada
confluyen en ti muchos
caminos,
que nacen y mueren en los destinos
de quienes pasan por tu calzada.
Comitivas fueron de prestancia,
altos señores de la nobleza,
cortejos fúnebres con entereza,
largos rebaños de trashumancia...
En la corriente de
agua clara,
do te reflejabas durante el día,
ranas y cangrejos cohabitaron.
De granja, la inmundicia insana
trocó la suerte de tu
espejo un día:
la vida y los
reflejos se acabaron.
Un paisano de Sabino Ordás