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El peral seco de Froilán, ARDON

En recuerdo de un entrañable paisano.

¡Oh, gran peral de mi huerto!
Te ví, en mi infancia, crecer
y, hoy, te veo aquí muerto.

Un revoltijo de ramas,
de blancas flores cubierto,
eras tú, ¡que bien frondabas!

Tronco esteril, seco y viejo,
como yo, al llegar al fin,
¿sueñas con pasados tiempos?
(Agosto de 2002)