Con motivo de nuestra
Fiesta Mayor, EL
CORPUS, cuelgo esta
fotografía para desearos a todos una
feliz celebración.
Recuerdo que, cuando era niño, yo acortaba
camino yendo para mi
casa por esta zona del reguero. La última vez que estuve en el
pueblo intenté repetir esa experiencia, pero me fue imposible llevarla a efecto, pues, a mitad del trayecto, me topé con un obstáculo insalvable.
Esta circunstancia me motivó y surgió el tema que reseño a continuación.
Que lo paseis bien y disfruteis mucho.
El atajo.
Hay tramos del camino no marcados,
esos que se descubren cada día,
veredillas fugaces, solo tuyas,
que después con amor son recordados.
Tu los crees atajos bien trazados,
por do llegar tranquilo a tu destino,
sobre
mantos de hierba limpia y verde
con
flores olorosas adornados.
Acortan el cansancio y el camino,
son rúas que se toman por instinto,
ellas, por sí, no indican el destino.
A veces llevan a un lugar distinto:
vas y vienes..., recorres el confino,
que hallas imposible laberinto.