Cumpliendo mi compromiso de hace un par de meses, cuelgo esta
foto de la
fragua con una perspectiva diferente a la de la que yá hay colgada. Con un recuerdo especial para Goyo, último herrero al que vi trabajar en ella.
El herrero
El esforzado herrero
templa
el hierro con afán
y con suma habilidad
a fuerza de golpe y fuego.
A la fragua cada día,
menguados, llegan
aperos
que, errados con esmero,
prolongarán más su vida.
El émulo de Vulcano,
consciente de la exigencia,
concreta con eficiencia
la actividad de sus manos.
Su pensamiento, fundido,
deja impreso en el metal,
al añadir el retal
con el efecto querido.
Un paisano de Sabino Ordás.