En estos días de vientos otoñales, vino a mi recuerdo aquel día en que la fuerza y velocidad de los mismos, allá por los años 80 del siglo pasado, desgajó ramas de
árboles frutales y rompió muchas guías de chopos de los plantíos. De entonces es la
foto que cuelgo y, a propósito de ella, en una ocasión en que estaba mirándola reflexioné sobre los efectos que había causado este meteoro y surgió lo siguiente:
El Viento
¿Qué es la esencia del viento?
Sí, la tengo bien grabada,
como en
placa de cristal,
pero en mi mente guardada.
Yo lo conocí de paso,
cuando perdí el autobús,
al ver el paraguas vuelto;
al oír sonar la flauta,
alineando la
veleta,
al darle vida a la
fragua,
al batir el pelo suelto;
chillando en las
chimeneas
y en resquicios olvidados;
tumbando siempre el trigal,
por las ramas flagelado;
derramado por la arena,
con las velas... muy ufano.
¡Casado! le vi con la
mar...
¡Muerto! en mi cuarto de estar.
Un paisano de Sabino Ordás.