Avutarda de Picogomil, ARDON

Como atención especial para "a orilla del Esla". No encontré el "sisón"; seguiré buscando. Sí encontré la avutarda.
Similar a ésta fue la que abatió Sindo un día de cacería "a ojeo", concretamente el día 22 de diciembre de 1.963. Comenzamos la mano, 17 escopetas y 7 perros, en "Las Carbillas"; continuamos por "El Polear", "Los Palomares", al llegar a "Canasordo" los cinco cazadores que iban más a la izquierda del abanico se quedaron para ocupar los puestos de espera, "Carrocembranos", "La Manzanal","El Pradico", por la derecha de "Los Corrales", "Las suertes del Monte", "Picogomil", donde la línea que conformaban los ojeadores, a cuyo extremo derecho iba Sindo, giraba sobre el que se encontraba en el lado opuesto, el izquierdo, para retroceder por el "Alto el Monte", "El Monte" propiamente dicho y meter la caza en "Los Montesinos" para llevarla al revadillo y zarzales que había al otro extremo de dicho pago, entre "La Boca Canasordo" y "La Corva", donde esperaban emboscados los cinco primeros tiradores.
Según mis notas, en esta primera mano, los tiradores bajaron ocho perdices y abatieron dos liebres; los ojeadores traíamos otras dos liebres, cuatro perdices y una avutarda; está claro que en los sesenta del siglo pasado, cuando aún se cultivaba todo el campo del pueblo, había caza en abundancia.
Como dato curioso de aquella mano tan exagerada, en la que entró mucha caza ciertamente, simplemente decir que pareció poca la recompensa, lo que provocó algunos comentarios irónicos que condujeron a una breve discusión, resuelta magistralmente por Sindo al sentenciar: "No preocuparse, si se han ido muchas, se refería a las perdices, más tendremos el próximo día."
Dimos tres manos más: la que terminaba en "Canal de Dueñas", la que lo hacía en "La Pedrosa", con parada a continuación para restauración personal en el caño del tío Ramiro, algunos cazadores solamente bebían agua, y en último lugar la que concluía en "Canal de la Horca". Recuerdo, de cuando era niño y los cazadores daban esta mano de "Canal de la Horca" por la mañana, haber visto llegar algunas perdices volando desde "El Teso" hasta la Plaza de la Iglesia al salir de misa.
Ya sé que estáis pensando que, como cazador que fui, me estoy permitiendo algunas licencias; quiero dejar claro que, cuando tomé nota de estos hechos, constataba simplemente la verdad.
Un cordial saludo para todos.
Un paisano de sabino Ordás.
(Octubre de 1963)