A raíz de un apunte tomado en 1.978 surgió en el 2.000 esta pintura al
pastel, que a partir de hoy quiero compartir con vosotros.
Reproduce la tabla del
río donde habitualmente se bañaba la gente allá por los años setenta, cuando tantos foráneos venían a echar el día y comerse la tortilla de patatas y cebolla y los filetes empanados en las choperas de la
Ermita.
En este tramo del río, hace hoy cuarenta y un años, el destino quiso que el
agua actuara de verdugo y cambiara el curso vital de una adolescente en plenitud.
Con un especial recuerdo para ella.
Un cordial saludo para todos.
Un paisano de Sabino Ordás.