En 1905 D. Julián de Diego y Alcolea rige la diócesis de
Astorga e intenta convencer a Gaudí de su vuelta a las obras del
Palacio pero no lo consigue. El templo de la Sagrada
Familia requería toda su atención y tiempo. Se nombra entonces arquitecto a D. Ricardo García- Guereta que era diocesano de
León, concluyendo las obras el 12 de octubre de 1913 y siendo Obispo D. Julián de Diego y Alcolea. Posteriormente con el obispo D. Antonio Senso Lázaro, la despreocupación por el palacio es manifiesta.