Tras esta etapa, el siglo XVII supone el brote de las relaciones directas con las comarcas colindantes. Gracias al desarrollo de la arriería y sus inmediatos efectos preindustriales, se abren las
fábricas textiles del
Val de San Lorenzo y surge el proceso de elaboración del chocolate, utilizando el cacao transportado por los arrieros desde los
puertos receptores de mercancías indianas.
El siglo XIX se inició con la toma de la ciudad por las tropas napoleónicas. Éstas destruirían parte de las construcciones urbanas anteriores, como el
castillo y un sector del lienzo norte de la
muralla.