Entre mediados del siglo xix y principios del xx se produjo un importante desarrollo industrial, en el que jugaron un papel fundamental la llegada del ferrocarril y el auge de la industria del chocolate. Esta continúa activa junto con otras ramas de la industria alimentaria, como la
repostería y la industria cárnica, aunque la actividad económica del municipio está basada fundamentalmente en el sector servicios, con la administración, el
comercio y el turismo cultural como sectores más destacados. Este último se sustenta principalmente en su patrimonio histórico-
artístico, en el que cabe destacar la
catedral, el
Palacio Episcopal, la
casa consistorial y la ergástula
romana, todos ellos declarados Bien de Interés Cultural,