Esta
fachada se articula a imitación de la fachada occidental
gótica de la
catedral de
León con tres
portadas abocinadas ricamente labradas, limitadas en sus flancos por dos
torres, que se unen al cuerpo central por medio de elegantes arbotantes y balconcillos labrados con esmero. Se remata con torrecillas y pináculos, como en la de León, pero adaptados al estilo barroco.