En el centro se abre un gran óculo cuya
vidriera (vista desde el interior) representa a
Cristo resucitado. Por encima hay una balaustrada decorada con sirenas y grutescos y en la cima, un
rosetón calado que se corona con pináculos barrocos y roleos. El pináculo central culmina con una
cruz y bajo ella, la representación del pelícano como símbolo de la Eucaristía. Óculo es una palabra que proviene del latín oculus (plural oculi), que significa "ojo" y designa en
arquitectura una abertura o
ventana de forma circular u ovalada. Su función es la de proporcionar iluminación. También puede usarse de forma exclusivamente decorativa. Grutesco es un motivo decorativo derivado de la decoración de las "
cuevas" descubiertas en la Roma del siglo XV y que posteriormente se han identificado como habitaciones y pasillos de la Domus Aurea. Fueron muy utilizados en el
arte del Renacimiento y se divulgaron por toda Europa. Consiste en la combinación de elementos vegetales, vasijas, cornucopias, panoplias, figuras humanas y teriomórficas, animales fantásticos y seres mitológicos, mascarones, bucráneos, etc., que se relacionan de manera caprichosa y rellenan de forma profusa el espacio en composiciones simétricas.