Su fundación, a partir de los datos obtenidos gracias a la
arqueología, está relacionada con la presencia de un destacamento de la Legio X Gemina a raíz de las guerras cántabras. Dicha presencia está atestiguada por el hallazgo de dos trincheras o fosos a modo de sistema defensivo, así como por la existencia de varias zanjas de cimentación para posibles estructuras de madera. Una vez finalizadas las campañas
militares de Augusto contra los astures y cántabros, entre 29 a. C. y 19 a. C., se levantó el campamento, que tras la pacificación del territorio se convirtió en un asentamiento de carácter civil dentro de la provincia Tarraconense. Esa conversión debió de ocurrir a principios del siglo i, pues en el año 27 el pacto de hospitalidad con los zoelas demuestra que las relaciones de Roma con los indígenas estaban ya estabilizadas.