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BARNIEDO DE LA REINA: Pasé los veranos en Barniedo en los años 60, cuando...

Si es así me alegra mucho leerte y me gustaría también saber algo de tu tio. Por aquellos tiempos andaba por la Costa del Sol y era una bella persona. No recuerdo su nombre, pero si recuerdo su bondad.
Sopongo que en la actualidad todo habrá cambiado pero cuando yo estuve quisieron que tomase partido y no lo hice. Me hubiera resultado muy fácil hacer la pelota a los caciques que querían perpetuar su poder, pero me negué y eso me trajo muchos problemas.

Decirle a Don Eustaquio que no estaba bien negar el entierro a una persona que se suicidó en Asturias me costó una denuncia ante el obispado de León por ser "comunista" según él. Menos mal que el secretario del obispado me conocía desde niña porque la mala fé con que me denunció no creo que fuera para nada bueno.

No he conocido una persona más falsa que ese sacerdote en toda mi vida. Que Dios le perdone si puede, porque yo no lo haré nunca.

Como lo del "comunismo" no le salió bien denunció a Enrique (el médico) por drogarme a domicilio, cuando lo que hacía era ponerme una vacuna contra la alergia y precisamente con una jeringuilla especial que solamente tenía el y al que se le había pedido como un favor especial.

Un buen recuerdo: La explosión de flores en Primavera. Si alguien no conoce el pueblo que pregunte porque está lejos, pero merece la pena. Y ahora que es tiempo de pesca, el río. No sé si habrá truchas, porque cuando yo estaba nadie respetaba las épocas, ni las licencias. En pleno invierno era normal que gente de fuera se acercase al pueblo a cenar truchas. Eso ´si, todos decían que iban a comer tortilla.... y eso que el guarda estab allí de continuo.

Lo dicho CEFE.

Pasé los veranos en Barniedo en los años 60, cuando era niño y chaval. Mis padres y hermanos, tíos y abuelos (todos asturianos) eran unos incondicionales del pueblo. Nos quedábamos en casa de Carlos Tomás y sus hijos Ersilia, Belarmino..., que estaban en Ermua. Tengo unos recuerdos entrañables de Barniedo: íbamos a la hierba con la gente del pueblo, les acompañábamos al Machorril y a la Rasa para cuidar el ganado, pescábamos y nos bañábamos en el río, nos desplazábamos en bicicleta hasta Villafrea y, cuando íbamos a Espejo, nos enterábamos que había bajado un oso y destrozado las colmenas de la periferia del pueblo, etc.
Don Eustaquio, en efecto, era un cura chapado a la antigua. Mi madre contaba que cuando en la misa veía a una niña con pantalones (por ejemplo, mi prima Mariví) en el sermón decía:"no hay mayor empacho que la mujer marimacho". Lo recuerdo en la procesión de la fiesta del pueblo, acompañado de su hermano, canónigo de León, que parecía un obispo, y de Don Honorato, con su traje de gala, de licenciado...
Qué buenos recuerdos! ¿Se sigue jugando a los bolos? Vivo en Andalucía, a donde me trasladé por motivos de trabajo y donde formé una familia; pero el próximo verano, cuando vaya a Asturias, me acercaré a Barniedo para reencontrarme con mi pasado.