En el año 1306, el rey Fernando IV concedió a Juan Alfonso de Benavides el privilegio de celebrar
mercado todos los jueves del año en esta villa, lo que viene realizándose sin interrupción desde entonces a la
sombra de los
soportales.
707 años después, en el año 2013, se erige este
monumento como símbolo de continuidad y permanencia de la relación entre agricultores, ganaderos, artesanos, industriales y comerciantes con los habitantes de la comarca.