Soy de Madrid y conozco Boñar desde hace unos 40 años, además soy pescador, digo esto para que os situeis un poco en mi persona. Queda claro que soy mayor. Este verano en agosto volví con un amigo a esas para mi tan queridas tierras, en las que tantos años he disfrutado, tanto de su belleza como de sus personas, su comida y como no sus truchas de antaño, y digo de antaño porque ahora no se ve ni una, ni en el Porma, ni en el Esla. ¡Qué pena, y que decir del Negrillón, árbol bello ensalzado en la simpática jota, y que ahora está pintado de azul, claro está que su tronco. Pase un rato muy agradable por un lado y por otro malo, siempre se pasa mal cuando se ve que un sitio querido está peor que cuando se conoció.Gente de Boñar luchar por lograr que sea como antaño, pese a su belleza actual, merece la pena.