RINCON POETICO
<< D e s p e d i d a >>
Próximos a separase
los que hace un mes se juntaron
deben todos despedirse
o, estrecharse en un abrazo
y sellar una amistad
que nos unió en el Atlántico
y perdurará entre nosotros
siempre su fuego aumentando.
Un abrazo que no sea
como el que dan los cumulamos
que se palmean la espalda
y apuñalan el costado,
abren la boca en sonrisa
y el pecho queda cerrado;
que sea un abrazo tibio
como agua de tepidario
un abrazo fuerte, fuerte
como de esposa ó de hermano,
que no se olvide jamás
aunque vivamos cien años.
Que bonito sería amigos,
poder seguir conversando
con el señor Capitán,
con sus oficiales gárrulos,
con todos los marinero
que son la mar de simpáticos;
sería un cielo aquí en la tierra,
nadie se atreve a negarlo,
pero también es muy lindo
llegar al terreno patrio...
y como ya se divisa
el bendito suelo hispano
rindamos gracias a Dios,
al Capitán y a los bravos
pilotos del Monte Amboto
que día y noche velando
a España nos han traído
alegres sanos y salvos.
Adiós gentes del Amboto,
feliz y próspero año;
quiera Dios que en vuestro hogar
encontréis un nido blando
donde píen los polluelos
envueltos en amor santo.
Se feliz linda Suiza
italiana, sé otro tanto,
argentino, bienvenido
e igualmente al uruguayo;
á todos abre las puertas
el corazón y los brazos
España y su jefe invicto
general Francisco Franco.
Pero antes de terminar
quiero en nombre de comando
dar gracias a los artistas
del pincel y del piano,
a los bajos y tenores
a todos los que han aunado
con los cantores su esfuerzo
como el señor Jorge Larco
quien con aptitud de Apeles
y amor desinteresado
unió a España y la Argentina
en místico y dulce abrazo
Esta es gente del Amboto
el adiós de los hermanos.
Pistola
(Salamanca, 10 de Marzo 1.946)
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Próximos a separase
los que hace un mes se juntaron
deben todos despedirse
o, estrecharse en un abrazo
y sellar una amistad
que nos unió en el Atlántico
y perdurará entre nosotros
siempre su fuego aumentando.
Un abrazo que no sea
como el que dan los cumulamos
que se palmean la espalda
y apuñalan el costado,
abren la boca en sonrisa
y el pecho queda cerrado;
que sea un abrazo tibio
como agua de tepidario
un abrazo fuerte, fuerte
como de esposa ó de hermano,
que no se olvide jamás
aunque vivamos cien años.
Que bonito sería amigos,
poder seguir conversando
con el señor Capitán,
con sus oficiales gárrulos,
con todos los marinero
que son la mar de simpáticos;
sería un cielo aquí en la tierra,
nadie se atreve a negarlo,
pero también es muy lindo
llegar al terreno patrio...
y como ya se divisa
el bendito suelo hispano
rindamos gracias a Dios,
al Capitán y a los bravos
pilotos del Monte Amboto
que día y noche velando
a España nos han traído
alegres sanos y salvos.
Adiós gentes del Amboto,
feliz y próspero año;
quiera Dios que en vuestro hogar
encontréis un nido blando
donde píen los polluelos
envueltos en amor santo.
Se feliz linda Suiza
italiana, sé otro tanto,
argentino, bienvenido
e igualmente al uruguayo;
á todos abre las puertas
el corazón y los brazos
España y su jefe invicto
general Francisco Franco.
Pero antes de terminar
quiero en nombre de comando
dar gracias a los artistas
del pincel y del piano,
a los bajos y tenores
a todos los que han aunado
con los cantores su esfuerzo
como el señor Jorge Larco
quien con aptitud de Apeles
y amor desinteresado
unió a España y la Argentina
en místico y dulce abrazo
Esta es gente del Amboto
el adiós de los hermanos.
Pistola
(Salamanca, 10 de Marzo 1.946)