RINCON POETICO
Soñando
Día diecinueve de Marzo...
Fecha que trae a mi alma,
mil recuerdos infantiles
de mi niñez ya lejana.
Cuando cada año llegas
con tu mañanita clara,
llena de luces y flores
y trayendo a las espaldas
bandadas de golondrinas
de ligerísimas alas
y regruzco plumaje
menos la pechuga blanca;
una nube de recuerdos
cruza por mi mente randa,
envolviéndome en ribetes
de escenas villayustanas.
¡Dia diecinueve de Marzo,
que recuerdos me deparas!...
Como enjambres zumbadores,
ya vienen las caravanas
de aquellas "cosas" que antaño...
cuando niño... me encantaban.
Veo como en sueños el pueblo,
con techos de teja y paja;
la Iglesia de San Clemente
con su torre espadaña.
La eras todas floridas
de margaritas y "jaras"
y sigo teniendo sueños...
y en éxtasis, veo las casas,
medio caídas algunas,
otras nuevas otras blancas
y en una mas que en las otras
mi vista ansiosa se clava
¿Sabéis cuál es? La escuelita!
en donde pasó mi infancia
mientras aprendí a leer...
¡Oh escuelita, hoy reformada,
¡cuanto daría por volver
a ver tus viajas pizarras,
tus encerados de hule,
la estufa y tus mesas largas;
tu crucifijo amarillo,
ante el cual siempre rezaba
el maestro cada tarde
la oración acostumbrada.
"Os damos gracias Señor,
por que nos das la tu gracia,
y también te suplicamos
concedas a nuestras almas,
luz, y el divino socorro,
así hoy como mañana".
¡Oh escuelita de mi alma,
sueño que estoy en tus aulas.
Sueña seña mente loca;
que si sueñas es que amas,
y si amas es que sufres,
y si sufres es que aguardas.
Sueña mente loca sueña;
transpórtame a mis montañas;
que pronto llegará el día
de San José, y en mi casa
quiero estar en esa fecha
con mi madre y mis hermanos,
para tomar aguardiente,
margaritas y manzanas;
sopa de leche y manteca
mazapán y unas tortas,
¡Que lástima que los sueños,
se quedan siempre en la nada.
Pistola
(Salamanca, 10 de Marzo 1.946)
Soñando
Día diecinueve de Marzo...
Fecha que trae a mi alma,
mil recuerdos infantiles
de mi niñez ya lejana.
Cuando cada año llegas
con tu mañanita clara,
llena de luces y flores
y trayendo a las espaldas
bandadas de golondrinas
de ligerísimas alas
y regruzco plumaje
menos la pechuga blanca;
una nube de recuerdos
cruza por mi mente randa,
envolviéndome en ribetes
de escenas villayustanas.
¡Dia diecinueve de Marzo,
que recuerdos me deparas!...
Como enjambres zumbadores,
ya vienen las caravanas
de aquellas "cosas" que antaño...
cuando niño... me encantaban.
Veo como en sueños el pueblo,
con techos de teja y paja;
la Iglesia de San Clemente
con su torre espadaña.
La eras todas floridas
de margaritas y "jaras"
y sigo teniendo sueños...
y en éxtasis, veo las casas,
medio caídas algunas,
otras nuevas otras blancas
y en una mas que en las otras
mi vista ansiosa se clava
¿Sabéis cuál es? La escuelita!
en donde pasó mi infancia
mientras aprendí a leer...
¡Oh escuelita, hoy reformada,
¡cuanto daría por volver
a ver tus viajas pizarras,
tus encerados de hule,
la estufa y tus mesas largas;
tu crucifijo amarillo,
ante el cual siempre rezaba
el maestro cada tarde
la oración acostumbrada.
"Os damos gracias Señor,
por que nos das la tu gracia,
y también te suplicamos
concedas a nuestras almas,
luz, y el divino socorro,
así hoy como mañana".
¡Oh escuelita de mi alma,
sueño que estoy en tus aulas.
Sueña seña mente loca;
que si sueñas es que amas,
y si amas es que sufres,
y si sufres es que aguardas.
Sueña mente loca sueña;
transpórtame a mis montañas;
que pronto llegará el día
de San José, y en mi casa
quiero estar en esa fecha
con mi madre y mis hermanos,
para tomar aguardiente,
margaritas y manzanas;
sopa de leche y manteca
mazapán y unas tortas,
¡Que lástima que los sueños,
se quedan siempre en la nada.
Pistola
(Salamanca, 10 de Marzo 1.946)