RINCON POETICO
LA "CANDONGA"
Parece que aun la estoy viendo
sobre el techo levantada
aquella vieja "Candonga"
cuya "manona" apuntaba
ya al norte, ya al sur, ya al este,
según el viento soplara.
Los rapaces le teníamos...
no sé si miedo o si rabia,
o veneración acaso,
yo no sé lo que pasaba,
porque la "tiona" aquella,
aunque siempre amenazaba
con su brazo distendido,
a veces nos anunciaba
próximos días de sol
que esperábamos con ansias
para ir a "pizarrines"
a la "Cornilla", o a ranas
a las Regueras de Amío,
o a nidos a "Lombaparda".
Mas, si la negra "Candonga"
con su mano descarnada,
señalaba el "Barrio Chico",
era que el viento soplaba
con furia desde Corueña
y había que coger la manta
para impedir que "Lutano"
hasta los huesos llegara.
Pero si la "tía" del techo,
el brazo izquierdo inclinaba
rígido y amenazante
hacia el lado de la fragua,
era señal verdadera
de lluvia fina y opaca.
Si daba una media vuelta
ya la mano le quedaba
hacia el cuarto donde "Braulio"
los domingos se afeitaba,
era signo de buen tiempo,
ya lo sabía la "comparsa".
A veces, la apedreábamos
de manera despiadada,
tirándole a dar en el brazo
y a la cabeza cuadrada.
¡Muy mal la queríamos tío
cuando mal tiempo indicaba.!
Y ella todo lo sufría,
ella todo lo aguantaba;
los pelotazos de nieve,
los tiros y las pedradas.
¡Pobre "Candonga" de antaño!
¡Do estarás infortunada!
Recuerdo que cierta vez,
apostamos la navaja,
a que de cada diez cantos
con dos de ellos, yo le daba.
¡A qué sí, a que no,.. Ya está!
Ya veremos el que gana.
Busqué los diez proyectiles,
tiro de "gorra y zamarra"
y... a probar la puntería,
en la "candonga" de marras.
Cojo la primera piedra,
llevo la mano a la cara,
guiño un poco el ojo izquierdo,
la piedra que no pegó
ni el brazo ni en las faldas.
Igualito a la primera,
lancé otras cinco pedradas;
todas pasaban cerquita
mas, con ninguna acertaba.
Quedaban cuatro cartuchos,
poca era mi esperanza,
y como el que se está ahogando
se acoge a lo que le largan
aunque sea un hierro ardiendo,
con las mismísimas ganas
cogí yo la octaba piedra
y listo para tirarla
haciendo "frindia" del brazo
salió invisible, flechada
y se clavó estrepitosa
de la Candonga en la panza.
¡Ya no perdería la apuesta;
mía era media navaja,
y sin pérdida de tiempo,
cual cazador que va en marcha
siguiendo el rastro a dos liebres,
y después de una descarga
vuelve a cargar la escopeta
por si la otra pieza salta,
así armé otra vez mi mano
con la penúltima bala.
Ya tenía la "fuse"
a la "tiona" enfilada,
cuando tía Rafaela....
gritó desde la ventana:
"Dajaz quieta la "Candonga",
qué mal vos hace,..."canallas".
.........
La apuesta quedó en suspenso
y la "Papona" plantada.
¡Parece que estoy viendo!
con el brazo hacia la fragua!
Hoy, después de muchos años
he regresado a mi pueblo
y vi que no se hallaba
la "Candonga" sobre el techo.
¿Quién habrá sido el verdugo
que la arrancó de su puesto?
Dicen unos que fué Juan,
otros dicen que Pedro,
hay quien dice que la lluvia;
una vieja que fué el viento.
Yo creo más a un viejito
que me dijo "Fué el progreso"
Autor: "Pistola"
La Coruña 1. julio 1947.
LA "CANDONGA"
Parece que aun la estoy viendo
sobre el techo levantada
aquella vieja "Candonga"
cuya "manona" apuntaba
ya al norte, ya al sur, ya al este,
según el viento soplara.
Los rapaces le teníamos...
no sé si miedo o si rabia,
o veneración acaso,
yo no sé lo que pasaba,
porque la "tiona" aquella,
aunque siempre amenazaba
con su brazo distendido,
a veces nos anunciaba
próximos días de sol
que esperábamos con ansias
para ir a "pizarrines"
a la "Cornilla", o a ranas
a las Regueras de Amío,
o a nidos a "Lombaparda".
Mas, si la negra "Candonga"
con su mano descarnada,
señalaba el "Barrio Chico",
era que el viento soplaba
con furia desde Corueña
y había que coger la manta
para impedir que "Lutano"
hasta los huesos llegara.
Pero si la "tía" del techo,
el brazo izquierdo inclinaba
rígido y amenazante
hacia el lado de la fragua,
era señal verdadera
de lluvia fina y opaca.
Si daba una media vuelta
ya la mano le quedaba
hacia el cuarto donde "Braulio"
los domingos se afeitaba,
era signo de buen tiempo,
ya lo sabía la "comparsa".
A veces, la apedreábamos
de manera despiadada,
tirándole a dar en el brazo
y a la cabeza cuadrada.
¡Muy mal la queríamos tío
cuando mal tiempo indicaba.!
Y ella todo lo sufría,
ella todo lo aguantaba;
los pelotazos de nieve,
los tiros y las pedradas.
¡Pobre "Candonga" de antaño!
¡Do estarás infortunada!
Recuerdo que cierta vez,
apostamos la navaja,
a que de cada diez cantos
con dos de ellos, yo le daba.
¡A qué sí, a que no,.. Ya está!
Ya veremos el que gana.
Busqué los diez proyectiles,
tiro de "gorra y zamarra"
y... a probar la puntería,
en la "candonga" de marras.
Cojo la primera piedra,
llevo la mano a la cara,
guiño un poco el ojo izquierdo,
la piedra que no pegó
ni el brazo ni en las faldas.
Igualito a la primera,
lancé otras cinco pedradas;
todas pasaban cerquita
mas, con ninguna acertaba.
Quedaban cuatro cartuchos,
poca era mi esperanza,
y como el que se está ahogando
se acoge a lo que le largan
aunque sea un hierro ardiendo,
con las mismísimas ganas
cogí yo la octaba piedra
y listo para tirarla
haciendo "frindia" del brazo
salió invisible, flechada
y se clavó estrepitosa
de la Candonga en la panza.
¡Ya no perdería la apuesta;
mía era media navaja,
y sin pérdida de tiempo,
cual cazador que va en marcha
siguiendo el rastro a dos liebres,
y después de una descarga
vuelve a cargar la escopeta
por si la otra pieza salta,
así armé otra vez mi mano
con la penúltima bala.
Ya tenía la "fuse"
a la "tiona" enfilada,
cuando tía Rafaela....
gritó desde la ventana:
"Dajaz quieta la "Candonga",
qué mal vos hace,..."canallas".
.........
La apuesta quedó en suspenso
y la "Papona" plantada.
¡Parece que estoy viendo!
con el brazo hacia la fragua!
Hoy, después de muchos años
he regresado a mi pueblo
y vi que no se hallaba
la "Candonga" sobre el techo.
¿Quién habrá sido el verdugo
que la arrancó de su puesto?
Dicen unos que fué Juan,
otros dicen que Pedro,
hay quien dice que la lluvia;
una vieja que fué el viento.
Yo creo más a un viejito
que me dijo "Fué el progreso"
Autor: "Pistola"
La Coruña 1. julio 1947.