Cuando alguien, sin razones que lo justifiquen, cambia repentinamente de actitud en lo que fuere, en tierras de La Maragatería suelen comentar su conducta con esta frase proverbial: ¡Ya está vuelto Pedro Mato!. Algo así como si dijeran ¡Ya ha cambiado de opinión!. O como si se llamara “veleta” a alguien. Sin faltar a la corrección gramatical, porque el vocablo “veleta”, según el DRAE, nomina en sentido figurado, a toda persona “inconstante y mudable”.
Pedro Mato es realmente una veleta. Es el ... (ver texto completo)
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