León Diario de un minero en marcha
El accidente de mi padre me ha dejado bastante noqueado
Los mineros fueron recibidos en Benavente por trabajadores también con problemas económicos. R. MELÉNDEZ
Sergio Díez Álvarez / León
Hoy es un día bastante complicado. Me enteré de que acaba de tener un accidente mi padre con la pala con la que trabaja. Ha tenido mucha suerte, pero según me han contado podría estar muerto ahora mismo. Al final no ha sido nada, un susto y yo estoy como si me hubieran dado un puñetazo, recuperándome del dolor. Cuando te encuentras con estas situaciones inesperadas, es cuando te lo planteas absolutamente todo. Ahora mismo no sé lo que hago aquí. Si lo único que quiero es ser un trabajador normar que cumple todos los días con su obligación, que luego está con la familia y que disfruta de lo que le da cada día.
Ahora estamos luchando por nuestro trabajo, caminando sin descanso para que una persona, que está cómodamente asentada en un despacho no tenga la mínima intención de mover un dedo. Es tal el grado de impotencia, pero es el día, no es mi día, hoy lo veo todo negro como cuando te quedas sin luz dentro del pozo.
Pero, a lo que vamos, esta jornada ha estado bien. Hemos evitado el sol y además dormimos bien, a la fresca. La jornada se completo con el apoyo de cerca de medio centenar de trabajadores de Benavente que en su empresa lleva seis meses sin cobrar, fue el mejor momento, en una jornada muy tranquila, aunque una vez más nos tuvimos que comer más kilómetros que los que marcara el rutómetro. Pero bueno, ya estamos acostumbrados.
La próxima etapa va a ser bastante compleja. Es larga, queríamos salir antes, pero no nos han dejado. Vamos a ir por la autovía y ya nos han dicho que todos tenemos que llevar chalecos y que no podemos romper la columna. De ser así, la Guardia Civil nos va a desviar a carreteras secundarias. Tampoco podemos parar cuando queramos, por lo que tendremos que llevar mochilas con agua y comida energética. Las paradas van a estar pactadas y solo lo podremos hacer en áreas de servicio.
Hemos dejado la provincia de León y la verdad es que nada más que entramos en la provincia de Zamora me entro bastante morriña. Cada vez estamos más lejos de nuestras casas y de nuestras familias. Espero que al final, merezca la pena.
El accidente de mi padre me ha dejado bastante noqueado
Los mineros fueron recibidos en Benavente por trabajadores también con problemas económicos. R. MELÉNDEZ
Sergio Díez Álvarez / León
Hoy es un día bastante complicado. Me enteré de que acaba de tener un accidente mi padre con la pala con la que trabaja. Ha tenido mucha suerte, pero según me han contado podría estar muerto ahora mismo. Al final no ha sido nada, un susto y yo estoy como si me hubieran dado un puñetazo, recuperándome del dolor. Cuando te encuentras con estas situaciones inesperadas, es cuando te lo planteas absolutamente todo. Ahora mismo no sé lo que hago aquí. Si lo único que quiero es ser un trabajador normar que cumple todos los días con su obligación, que luego está con la familia y que disfruta de lo que le da cada día.
Ahora estamos luchando por nuestro trabajo, caminando sin descanso para que una persona, que está cómodamente asentada en un despacho no tenga la mínima intención de mover un dedo. Es tal el grado de impotencia, pero es el día, no es mi día, hoy lo veo todo negro como cuando te quedas sin luz dentro del pozo.
Pero, a lo que vamos, esta jornada ha estado bien. Hemos evitado el sol y además dormimos bien, a la fresca. La jornada se completo con el apoyo de cerca de medio centenar de trabajadores de Benavente que en su empresa lleva seis meses sin cobrar, fue el mejor momento, en una jornada muy tranquila, aunque una vez más nos tuvimos que comer más kilómetros que los que marcara el rutómetro. Pero bueno, ya estamos acostumbrados.
La próxima etapa va a ser bastante compleja. Es larga, queríamos salir antes, pero no nos han dejado. Vamos a ir por la autovía y ya nos han dicho que todos tenemos que llevar chalecos y que no podemos romper la columna. De ser así, la Guardia Civil nos va a desviar a carreteras secundarias. Tampoco podemos parar cuando queramos, por lo que tendremos que llevar mochilas con agua y comida energética. Las paradas van a estar pactadas y solo lo podremos hacer en áreas de servicio.
Hemos dejado la provincia de León y la verdad es que nada más que entramos en la provincia de Zamora me entro bastante morriña. Cada vez estamos más lejos de nuestras casas y de nuestras familias. Espero que al final, merezca la pena.