Tenía la sensación de que íbamos a tener menos calor y apoyo y no es así
Un minero recibiendo el apoyo de sus familiares a la conclusión de la etapa de ayer. EFE
Sergio Díez Álvarez
Si en la pasada etapa todo eran nubarrones, este nuevo día ha salido despejado. Ya estoy tranquilo tras el susto del accidente de mi padre y además hoy ha venido a verme mi mujer, Nieves, y mi tía. Más no puedo pedir. Hemos estrenado autovía y parece que nos lo hemos tomado en serio ya que hemos marcado un ritmo acorde con este tipo de vía. La gente está bien, cada vez más suelta y adaptada ya a la marcha.
Ahora ya contamos para atrás porque cada vez nos acercamos más a Madrid.
Lo cierto es que tenía la sensación que a partir de ahora íbamos a tener menos calor y apoyo de la gente, pero me estoy sorprendiendo. La gente se solidariza con nosotros y es que están muy quemados por todo lo que está haciendo este Gobierno. Nos dicen incluso que cuando lleguemos a Madrid que quememos el Congreso. Nos seguimos sintiendo respaldados a pesar de estar cada vez más lejos de casa.
No puedo dejar pasar a un motorista de Oviedo que en todas las etapas nos acompaña. Primero nos adelanta, nos muestra una pancarta de apoyo, pasa todo el grupo y nos vuelve a adelantar. Así, hasta el final de la etapa. Le pregunté porqué lo hacía y me dijo porque a partir de ahora no vamos a tener el mismo aliento que cuando estábamos en casa. Con gente así, da gusto.
Por el camino se nos ha unido una minera más, por lo que ya son cinco. Creo que hoy no ha podido salir un compañero que ha causado baja y ha sido sustituido por esta minera. Ahora estamos en Villalpando, tranquilamente después de haber disfrutado de una espicha asturiana. Ahora todos estamos pendientes de lo que pase el lunes en Madrid con el ministro, pero yo no me creo nada de este encuentro. Va a seguir diciendo lo mismo para vender a la opinión pública que se reúne con nosotros. Me huele mal. Sería optimista si volviera a haber nuevas reuniones de la mesa del carbón. Creo que va a ser otro paripé.
León Diario de un minero en marcha
Tenía la sensación de que íbamos a tener menos calor y apoyo y no es así
Un minero recibiendo el apoyo de sus familiares a la conclusión de la etapa de ayer. EFE
Sergio Díez Álvarez
Si en la pasada etapa todo eran nubarrones, este nuevo día ha salido despejado. Ya estoy tranquilo tras el susto del accidente de mi padre y además hoy ha venido a verme mi mujer, Nieves, y mi tía. Más no puedo pedir. Hemos estrenado autovía y parece que nos lo hemos tomado en serio ya que hemos marcado un ritmo acorde con este tipo de vía. La gente está bien, cada vez más suelta y adaptada ya a la marcha.
Ahora ya contamos para atrás porque cada vez nos acercamos más a Madrid.
Lo cierto es que tenía la sensación que a partir de ahora íbamos a tener menos calor y apoyo de la gente, pero me estoy sorprendiendo. La gente se solidariza con nosotros y es que están muy quemados por todo lo que está haciendo este Gobierno. Nos dicen incluso que cuando lleguemos a Madrid que quememos el Congreso. Nos seguimos sintiendo respaldados a pesar de estar cada vez más lejos de casa.
No puedo dejar pasar a un motorista de Oviedo que en todas las etapas nos acompaña. Primero nos adelanta, nos muestra una pancarta de apoyo, pasa todo el grupo y nos vuelve a adelantar. Así, hasta el final de la etapa. Le pregunté porqué lo hacía y me dijo porque a partir de ahora no vamos a tener el mismo aliento que cuando estábamos en casa. Con gente así, da gusto.
Por el camino se nos ha unido una minera más, por lo que ya son cinco. Creo que hoy no ha podido salir un compañero que ha causado baja y ha sido sustituido por esta minera. Ahora estamos en Villalpando, tranquilamente después de haber disfrutado de una espicha asturiana. Ahora todos estamos pendientes de lo que pase el lunes en Madrid con el ministro, pero yo no me creo nada de este encuentro. Va a seguir diciendo lo mismo para vender a la opinión pública que se reúne con nosotros. Me huele mal. Sería optimista si volviera a haber nuevas reuniones de la mesa del carbón. Creo que va a ser otro paripé.
Un minero recibiendo el apoyo de sus familiares a la conclusión de la etapa de ayer. EFE
Sergio Díez Álvarez
Si en la pasada etapa todo eran nubarrones, este nuevo día ha salido despejado. Ya estoy tranquilo tras el susto del accidente de mi padre y además hoy ha venido a verme mi mujer, Nieves, y mi tía. Más no puedo pedir. Hemos estrenado autovía y parece que nos lo hemos tomado en serio ya que hemos marcado un ritmo acorde con este tipo de vía. La gente está bien, cada vez más suelta y adaptada ya a la marcha.
Ahora ya contamos para atrás porque cada vez nos acercamos más a Madrid.
Lo cierto es que tenía la sensación que a partir de ahora íbamos a tener menos calor y apoyo de la gente, pero me estoy sorprendiendo. La gente se solidariza con nosotros y es que están muy quemados por todo lo que está haciendo este Gobierno. Nos dicen incluso que cuando lleguemos a Madrid que quememos el Congreso. Nos seguimos sintiendo respaldados a pesar de estar cada vez más lejos de casa.
No puedo dejar pasar a un motorista de Oviedo que en todas las etapas nos acompaña. Primero nos adelanta, nos muestra una pancarta de apoyo, pasa todo el grupo y nos vuelve a adelantar. Así, hasta el final de la etapa. Le pregunté porqué lo hacía y me dijo porque a partir de ahora no vamos a tener el mismo aliento que cuando estábamos en casa. Con gente así, da gusto.
Por el camino se nos ha unido una minera más, por lo que ya son cinco. Creo que hoy no ha podido salir un compañero que ha causado baja y ha sido sustituido por esta minera. Ahora estamos en Villalpando, tranquilamente después de haber disfrutado de una espicha asturiana. Ahora todos estamos pendientes de lo que pase el lunes en Madrid con el ministro, pero yo no me creo nada de este encuentro. Va a seguir diciendo lo mismo para vender a la opinión pública que se reúne con nosotros. Me huele mal. Sería optimista si volviera a haber nuevas reuniones de la mesa del carbón. Creo que va a ser otro paripé.
León Diario de un minero en marcha
Tenía la sensación de que íbamos a tener menos calor y apoyo y no es así
Un minero recibiendo el apoyo de sus familiares a la conclusión de la etapa de ayer. EFE
Sergio Díez Álvarez
Si en la pasada etapa todo eran nubarrones, este nuevo día ha salido despejado. Ya estoy tranquilo tras el susto del accidente de mi padre y además hoy ha venido a verme mi mujer, Nieves, y mi tía. Más no puedo pedir. Hemos estrenado autovía y parece que nos lo hemos tomado en serio ya que hemos marcado un ritmo acorde con este tipo de vía. La gente está bien, cada vez más suelta y adaptada ya a la marcha.
Ahora ya contamos para atrás porque cada vez nos acercamos más a Madrid.
Lo cierto es que tenía la sensación que a partir de ahora íbamos a tener menos calor y apoyo de la gente, pero me estoy sorprendiendo. La gente se solidariza con nosotros y es que están muy quemados por todo lo que está haciendo este Gobierno. Nos dicen incluso que cuando lleguemos a Madrid que quememos el Congreso. Nos seguimos sintiendo respaldados a pesar de estar cada vez más lejos de casa.
No puedo dejar pasar a un motorista de Oviedo que en todas las etapas nos acompaña. Primero nos adelanta, nos muestra una pancarta de apoyo, pasa todo el grupo y nos vuelve a adelantar. Así, hasta el final de la etapa. Le pregunté porqué lo hacía y me dijo porque a partir de ahora no vamos a tener el mismo aliento que cuando estábamos en casa. Con gente así, da gusto.
Por el camino se nos ha unido una minera más, por lo que ya son cinco. Creo que hoy no ha podido salir un compañero que ha causado baja y ha sido sustituido por esta minera. Ahora estamos en Villalpando, tranquilamente después de haber disfrutado de una espicha asturiana. Ahora todos estamos pendientes de lo que pase el lunes en Madrid con el ministro, pero yo no me creo nada de este encuentro. Va a seguir diciendo lo mismo para vender a la opinión pública que se reúne con nosotros. Me huele mal. Sería optimista si volviera a haber nuevas reuniones de la mesa del carbón. Creo que va a ser otro paripé.