Luz ahora 0,09100 €/kWh

CABOALLES DE ARRIBA: Habian pasado dos dias desde que el enterrador escuchara...

Habian pasado dos dias desde que el enterrador escuchara el relato del minero vecino de Las Cascarinas:
- Te lo juro, -habia dicho- ayer, cuando volvia de trabajar, serian las dos o dos y media de la mañana, al pasar por el cementerio, escuché un grito y momentos después ví salir una sombra, no había mucha luz, pero estoy seguro que era una persona.
- ¿No habras visto visiones? ¿No llevarias alguna copa demás?
- Ni visiones, ni hostias. Y no tenía ninguna copa de más, ya te dije que volvia de trabajar.
- El enterrador, a pesar del enfado aparente del minero por dudar de sus palabras, no tomo en serio el relato. Despues de años en el oficio, no creía en historias de resucitados ni de muertos vivientes y mucho menos de ladrones de cadaveres. Seguro que se trataba de una broma de mal gusto o una simple tomadura de pelo.
Estaba equivocado. Cuando por fin decidió acercarse al cementerio para ver si todo seguia en orden, descubrió que una tumba -la mas reciente- había sido profanada. En la cabecera de la misma se abría un gran hueco, a traves del cual se podia ver el color amarillento de la madera astillada y parte del interior del ataud. Vacio. El cadaver había desaparecido.