Cuando suba al cielo, -espero que sea tarde y que el señor Pedro me permita entrar- supongo que encontraré respuesta para muchas preguntas que mé hago en la Tierra.
Como mortal y pecador que soy, me imagino a Dios nuestro señor como una figura decorativa, con cataratas muy avanzadas y que sufre una grave sordera, de otra forma no se puede explicar que permita tantos desmanes.
Sospecho que los encargados de repartir privilegios y prebendas entre sus amigos, allegados, parientes y correligionarios en la Tierra son los que están sentados a la derecha del Padre y que irán alternandose con los que están sentados a la izquierda que harán lo propio con los suyos cuando les toque repartir.
Porque al fin y al cabo son los mismos con diferentes siglas en los collares. Si quedara alguna alma descarriada deambulando por el cielo que aún creyera en la justicia, no tardará en solicitar el ingreso en el club de los elegidos. Así en el Cielo como en la Tierra. Amén.
Como mortal y pecador que soy, me imagino a Dios nuestro señor como una figura decorativa, con cataratas muy avanzadas y que sufre una grave sordera, de otra forma no se puede explicar que permita tantos desmanes.
Sospecho que los encargados de repartir privilegios y prebendas entre sus amigos, allegados, parientes y correligionarios en la Tierra son los que están sentados a la derecha del Padre y que irán alternandose con los que están sentados a la izquierda que harán lo propio con los suyos cuando les toque repartir.
Porque al fin y al cabo son los mismos con diferentes siglas en los collares. Si quedara alguna alma descarriada deambulando por el cielo que aún creyera en la justicia, no tardará en solicitar el ingreso en el club de los elegidos. Así en el Cielo como en la Tierra. Amén.