Aprovecho la baja actividad en el foro para proseguir con mi cruzada particular sobre la desmitificacion del personaje de Caperucita. Debo decir, que en esta lucha, no me mueven oscuros intereses ni rencores malsanos, trato simplemente de que la verdad pura, fluya como manantial de aguas cristalinas.
Cuando Caperucita llegó a la casa de la abuela encontró una nota sobre la mesa " He salido a visitar a una amiga, volveré tarde. Me acompaña el cazador que tu ya conoces. Un beso. "
La abuela de Caperucita era una abuela joven, que además de su caracter alegre realzaba su imagen con detalles que denotaban una cierta coqueteria, tales como ponerse margaritas en el pelo y a veces en el escote. Con el cazador la unia una gran amistad. Solo amistad, según ellos, aunque cualquiera podia observar en sus frecuentes paseos, como de forma aparentemente casual se rozaban hombro con hombro o se buscaban las manos durante un instante, señales inequivocas de que entre ellos existia algo mas que una amistad casta y pura. Nada que objetar.
Volviendo a la casa de la abuela, nos encontramos con un pasaje de la historia donde la versión oficial vuelve a chocar frontalmente con la realidad.
Según la version oficial, el lobo se disfrazó de abuela con la idea maligna de atraer a Caperucita, todos conocemos los diálogos.
- Abuelita, que orejas mas grandes tienes.... etc.
La realidad es muy distinta. Fué Caperucita la que se disfrazó de abuela con la inconfesable intención de seducir al lobo. Aprovechando la ausencia de la abuela y sabedora que el lobo la visitaba casi a diario se desnudó y se metió en la cama totalmente en cueros, el disfraz, un simple gorro de dormir y unos lentes que la abuela usaba para leer.
Cuando llegó el lobo se detuvo apenas entró en la habitación.
-Ven, estoy malita.
A pesar de estar cubierta con la sabana, el lobo sabía que estaba desnuda, veía la ropa, incluso la ropa interior, amontonada en una silla.
-Me duele aqui, aqui y aqui...
Con una mano sobre la sabana se tocaba algunas partes del vientre.
El lobo permanecio inmovil.
- ¿Es que no me has oido?. He dicho que vengas.
Irritada por no conseguir sus propositos, quitó la sabana de un violento tirón dejando al descubierto su desnudez. El lobo apenas vislumbro sus pequeños senos y la sombra oscura del pubis, dio la vuelta y salió de la habitación y de la casa mientras escuchaba los insultos que le dirigia la joven, graves insultos, acusandolo de no tener atributos masculinos y poniendo en duda su orientacion sexual.
Mientras se alejaba por el sendero, el lobo se sentía satisfecho, no había caido en las provocaciones de la desvergonzada muchacha, no había quebrantado la lealtad a la abuela y al mismo tiempo le había sido fiel a su propia compañera.
Moraleja: Hay lobos que son corderos y hay angeles que son demonios.
Saludos.
Cuando Caperucita llegó a la casa de la abuela encontró una nota sobre la mesa " He salido a visitar a una amiga, volveré tarde. Me acompaña el cazador que tu ya conoces. Un beso. "
La abuela de Caperucita era una abuela joven, que además de su caracter alegre realzaba su imagen con detalles que denotaban una cierta coqueteria, tales como ponerse margaritas en el pelo y a veces en el escote. Con el cazador la unia una gran amistad. Solo amistad, según ellos, aunque cualquiera podia observar en sus frecuentes paseos, como de forma aparentemente casual se rozaban hombro con hombro o se buscaban las manos durante un instante, señales inequivocas de que entre ellos existia algo mas que una amistad casta y pura. Nada que objetar.
Volviendo a la casa de la abuela, nos encontramos con un pasaje de la historia donde la versión oficial vuelve a chocar frontalmente con la realidad.
Según la version oficial, el lobo se disfrazó de abuela con la idea maligna de atraer a Caperucita, todos conocemos los diálogos.
- Abuelita, que orejas mas grandes tienes.... etc.
La realidad es muy distinta. Fué Caperucita la que se disfrazó de abuela con la inconfesable intención de seducir al lobo. Aprovechando la ausencia de la abuela y sabedora que el lobo la visitaba casi a diario se desnudó y se metió en la cama totalmente en cueros, el disfraz, un simple gorro de dormir y unos lentes que la abuela usaba para leer.
Cuando llegó el lobo se detuvo apenas entró en la habitación.
-Ven, estoy malita.
A pesar de estar cubierta con la sabana, el lobo sabía que estaba desnuda, veía la ropa, incluso la ropa interior, amontonada en una silla.
-Me duele aqui, aqui y aqui...
Con una mano sobre la sabana se tocaba algunas partes del vientre.
El lobo permanecio inmovil.
- ¿Es que no me has oido?. He dicho que vengas.
Irritada por no conseguir sus propositos, quitó la sabana de un violento tirón dejando al descubierto su desnudez. El lobo apenas vislumbro sus pequeños senos y la sombra oscura del pubis, dio la vuelta y salió de la habitación y de la casa mientras escuchaba los insultos que le dirigia la joven, graves insultos, acusandolo de no tener atributos masculinos y poniendo en duda su orientacion sexual.
Mientras se alejaba por el sendero, el lobo se sentía satisfecho, no había caido en las provocaciones de la desvergonzada muchacha, no había quebrantado la lealtad a la abuela y al mismo tiempo le había sido fiel a su propia compañera.
Moraleja: Hay lobos que son corderos y hay angeles que son demonios.
Saludos.